
Origen Capuchino de la Imagen
Es conocido de todos como tras la batalla de Lepanto, una de las prioridades de la Corona Española era la de acabar con las actividades corsarias en el Mediterráneo. Uno de los puertos corsarios que más daño hacían a las armadas cristianas era el de La Mamora, sobre el cual se había intentado actuar ya en 1610, cegando la desembocadura del Sebú .
La toma de La Mamora se produce en 1614 , y desde entonces hasta su rendición, el 30 de abril de 1681 la vida en la plaza no fue fácil, como demuestran, entre otros, el intento de recuperación que se produjo en 1625.
En cuanto a la asistencia espiritual, el también denominado Fuerte de San Felipe de la Mamora, y a partir de 1643 San Miguel de Ultramar, fue encomendado al Obispo de Cádiz, quien delegó en los Franciscanos de la Provincia de Andalucía, a los que siguieron, en septiembre de 1645, los capuchinos de la misma provincia.
Al mes y medio de llegar los Capuchinos a San Miguel de Ultramar, una explosión del polvorín provocó la voladura de la iglesia. Las noticias procedentes de la correspondencia entre el Obispo de Cádiz y el Gobernador de Mamora explican así el hecho: “Corriendo el fuego por toda la iglesia sin dejar lo bajo del suelo ni lo alto de la bóveda, que no encendiese lo activo de su llama, volviendo toda aquella aseada obra en negras y lastimosas ruinas”. Otro de los testimonios de los religiosos que presenciaron el suceso añade que aunque toda la iglesia voló, se dejó intacto el tabernáculo donde estaba el Santísimo Sacramento y una imagen de María Santísima del Rosario, que estaba en el mismo altar. Con estos datos, el P. Buenaventura de Carrocera apunta como origen más probable de la imagen, el haberse traído con posterioridad por los Capuchinos, al no encontrarse noticia en esta correspondencia de su existencia o destrucción, y confirmándolo con una reclamación que parece ser hicieron los Padres Capuchinos de Sevilla, a quienes la robaron con otras alhajas dichos moros.
El P. Porres Alonso, sin embargo, y conociendo todos estos extremos, continúa dudando sobre la procedencia de la talla y su autoría, como lo hacía ya, en 1705, el P. Eusebio del Santísimo Sacramento , no rechazando las hipótesis sobre su posible origen en los Franciscanos e, inclusive, por envío de los propios Prelados gaditanos.
Tras la rendición de San Miguel de Ultramar a las tropas del Alcaide Omar, el 30 de abril de 1681, quedaron en libertad 13 personas, 11 soldados murieron en el corto asedio y 250 soldados y 45 mujeres y niños, fueron llevados cautivos a Mequinez. Con ellas, también, las santas imágenes que hallaron el la Iglesia, las cuales, tras el intento de ser vendidas a los judíos, y gracias a la mediación de Fr. Pedro de los Ángeles, quedaron en depósito en el hospital de Mequinez, hasta su rendición.
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