
Los Descalzos de la Santísima Trinidad
En 1569 llegaron a Ceuta los frailes Trinitarios Calzados Portugueses, para posesionarse del convento que había sido de Franciscanos Observantes, al que añadirían las posesiones de los Dominicos en 1574. Los Trinitarios Calzados Portugueses dieron paso, en 1642 a los de la Provincia de Andalucía, quienes mantuvieron su convento hasta que en1680 hicieron donación de sus bienes a los Trinitarios Descalzos Andaluces, los cuales permanecían en Ceuta desde 1677.
Los Trinitarios Descalzos realizaban una admirable labor de mediación en las Redenciones de cautivos y, además mantenían pequeños hospitales-hospicios para atender a los numerosos cautivos que se hallaban en Marruecos.
Desde el mismo momento en que se pierde San Miguel de Ultramar, se comienzan las gestiones para aprobar presupuestos para atender la redención de cautivos e imágenes y, dado que al finalizar las mismas se hallaban los Trinitarios dispuestos a comenzar su decimocuarta redención desde la Reforma, el Consejo de Guerra decidió entregar los caudales a la Orden para que la realizaran.
El 5 de noviembre de 1681 partieron de Madrid con dirección a Sevilla Fr. Miguel de Jesús María, Fr. Juan de la Visitación Y Fr. Martín de la Resurrección, acompañados de un lego y de Francisco de Aguirre, Escribano Real y Secretario de la Redención. Tras varios días de estancia en aquella ciudad, llegaron a Ceuta el primero de enero de 1682.
Como hemos mencionado anteriormente, tras conseguir Fr. Pedro de los Ángeles, religioso lego de la Santísima Trinidad Descalza, que no se vendieran las imágenes a los judíos, se entregaron en depósito al hospital, comprometiéndose a aportar el dinero para satisfacer su precio Antonio Correa –hidalgo ceutí -, el capitán de infantería Domingo Grande de los Coleos, Lucas de Zúñiga y Francisco de Sandoval y Roxas, a quien se debe uno de los relatos más interesantes sobre estos hechos .
Entre las diecisiete imágenes rescatadas, se encontraba una hechura de Jesús Nazareno, de natural estatura, muy hermosa, con las manos cruzadas adelante… Al hermosísimo busto de Jesús Nazareno le mandó el Rey arrastrar, y echar por un muladar abajo, haciendo burla, y escarnio de el retrato hermoso, y del original divino. Todas ellas se embalaron y enviaron a Ceuta, donde tuvieron entrada el 28 de enero de 1682, según se infiere de las Constituciones en las que puede leerse que ese día se conmemoraba con una comunión general el haber quedado por propia de la Religión la imagen.
En la mencionada Primera Relación se dice que fueron llevadas de Mequinez a Tetuán en donde se les franqueó el paso hasta Ceuta: Llegaron los Moros con las Santas Imágenes a las murallas de Ceuta, cuya llegada causó en toda aquella Ciudad grandísimo júbilo, y alegría. Salieron a la puerta para recibirlas todos los Caballeros, y Soldados de la Plata, y tomándolas sobre sus hombros con singularísima devoción, y ternura, en forma de procesión, acompañadas de toda la Ciudad, las llevaron al Real Convento de los Padres Trinitarios Descalzos, donde se cantó con toda solemnidad el Te Deum Laudamus, en hacimiento de gracias por tan singular beneficio; dándose todos los parabienes de a ver visto día tan deseado. Los Padres Redentores entregaron el rescate de las Santas Imágenes, según la palabra que el Rey de Fez avía dado, y juntamente con él le enviaron un presente de ricas telas de oro, dando orden al Padre Presidente de aquella Ciudad, para que tratase del rescate de los Cautivos.
En 1569 llegaron a Ceuta los frailes Trinitarios Calzados Portugueses, para posesionarse del convento que había sido de Franciscanos Observantes, al que añadirían las posesiones de los Dominicos en 1574. Los Trinitarios Calzados Portugueses dieron paso, en 1642 a los de la Provincia de Andalucía, quienes mantuvieron su convento hasta que en1680 hicieron donación de sus bienes a los Trinitarios Descalzos Andaluces, los cuales permanecían en Ceuta desde 1677.
Los Trinitarios Descalzos realizaban una admirable labor de mediación en las Redenciones de cautivos y, además mantenían pequeños hospitales-hospicios para atender a los numerosos cautivos que se hallaban en Marruecos.
Desde el mismo momento en que se pierde San Miguel de Ultramar, se comienzan las gestiones para aprobar presupuestos para atender la redención de cautivos e imágenes y, dado que al finalizar las mismas se hallaban los Trinitarios dispuestos a comenzar su decimocuarta redención desde la Reforma, el Consejo de Guerra decidió entregar los caudales a la Orden para que la realizaran.
El 5 de noviembre de 1681 partieron de Madrid con dirección a Sevilla Fr. Miguel de Jesús María, Fr. Juan de la Visitación Y Fr. Martín de la Resurrección, acompañados de un lego y de Francisco de Aguirre, Escribano Real y Secretario de la Redención. Tras varios días de estancia en aquella ciudad, llegaron a Ceuta el primero de enero de 1682.
Como hemos mencionado anteriormente, tras conseguir Fr. Pedro de los Ángeles, religioso lego de la Santísima Trinidad Descalza, que no se vendieran las imágenes a los judíos, se entregaron en depósito al hospital, comprometiéndose a aportar el dinero para satisfacer su precio Antonio Correa –hidalgo ceutí -, el capitán de infantería Domingo Grande de los Coleos, Lucas de Zúñiga y Francisco de Sandoval y Roxas, a quien se debe uno de los relatos más interesantes sobre estos hechos .
Entre las diecisiete imágenes rescatadas, se encontraba una hechura de Jesús Nazareno, de natural estatura, muy hermosa, con las manos cruzadas adelante… Al hermosísimo busto de Jesús Nazareno le mandó el Rey arrastrar, y echar por un muladar abajo, haciendo burla, y escarnio de el retrato hermoso, y del original divino. Todas ellas se embalaron y enviaron a Ceuta, donde tuvieron entrada el 28 de enero de 1682, según se infiere de las Constituciones en las que puede leerse que ese día se conmemoraba con una comunión general el haber quedado por propia de la Religión la imagen.
En la mencionada Primera Relación se dice que fueron llevadas de Mequinez a Tetuán en donde se les franqueó el paso hasta Ceuta: Llegaron los Moros con las Santas Imágenes a las murallas de Ceuta, cuya llegada causó en toda aquella Ciudad grandísimo júbilo, y alegría. Salieron a la puerta para recibirlas todos los Caballeros, y Soldados de la Plata, y tomándolas sobre sus hombros con singularísima devoción, y ternura, en forma de procesión, acompañadas de toda la Ciudad, las llevaron al Real Convento de los Padres Trinitarios Descalzos, donde se cantó con toda solemnidad el Te Deum Laudamus, en hacimiento de gracias por tan singular beneficio; dándose todos los parabienes de a ver visto día tan deseado. Los Padres Redentores entregaron el rescate de las Santas Imágenes, según la palabra que el Rey de Fez avía dado, y juntamente con él le enviaron un presente de ricas telas de oro, dando orden al Padre Presidente de aquella Ciudad, para que tratase del rescate de los Cautivos.
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